24 junio 2014

La generación del cambio de mentalidad

Foto: La Tercera
Los chilenos somos un poco bipolares en cuanto a las reacciones deportivas: cuando ganamos, somos los mejores del mundo. Cuando perdemos, los más malos. Si vamos a una competencia internacional, lo más probable es que nos devolvamos con las manos vacías. Etc., etc.

Esa actitud derrotista, sin embargo, poco a poco está quedando fuera de los comentarios de los chilenos. Gracias a grandes actuaciones en variadas disciplinas, como tenis, gimnasia, triatlón, atletismo… y a veces, el fútbol.


Esas pocas veces, ha generado que en la actual Selección Chilena de fútbol que participa en el Mundial de Brasil 2014 se mezclen dos generaciones de los dos equipos más importantes del fútbol local: Colo Colo 2006 y U. de Chile 2011.

De aquel cuadro albo, se rescatan los valores de Claudio Bravo, Arturo Vidal, Alexis Sánchez y Jorge Valdivia. Otros, como Matías Fernández o Rodrigo Millar no llegaron a la nómina final, por distintos motivos.

Del cuadro azul, se destacan el cuerpo técnico completo (Jorge Sampaoli, Jorge Desio, Sebastián Beccacece) y los jugadores: Johhny Herrera, José Rojas, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz, Eugenio Mena y Eduardo Vargas. Otros, como Marco González y Gustavo Canales estuvieron presentes en la pre nómina, pero no en la lista final de los 23 convocados.

Ellos, más jugadores como Gonzalo Jara, Esteban Paredes, Mauricio Pinilla, Carlos Carmona, Fabián Orellana, Jean Beausejour, Mauricio Isla, Miiko Albornoz, José Pedro Fuenzalida y los ex UC: Cristopher Toselli, Gary Medel, Francisco Silva y Felipe Gutierrez, nos representan a todos, a un país ávido de triunfos, harto de derrotas y cansado de los mal llamados “triunfos morales”.

Esta generación, a diferencia de otras, ha logrado sacarse de la cabeza el negativismo nacional, ese derrotismo con que tantas veces se ha presentado en este tipo de eventos… no. Ellos lo han dicho a viva voz, sin temor, desde el principio: “Nosotros vamos por la Copa”.

Cuando se escuchaba decirlo en voz de Vidal, Sánchez o Medel, los compatriotas se reían, algunos se burlaban, otros se convencían… Las cosas estaban cambiando. Las derrotas ahora dolían, los jugadores lloraban al final de aquella semifinal en el Sub 20 de Canadá, no corrían tras los argentinos para cambiar camiseta… No, ellos sabían que en cancha eran mucho más, y estaban dispuestos a demostrarlo.

Bielsa nos inculcó ese cambio de actitud, que con Sampaoli hemos madurado (igual que los jugadores) y nos ha convencido de que es posible. Esa convicción y “amateurismo” que tanto le gusta mencionar, es el que ha hecho que jugadores que antes abiertamente no se pasaban, hoy convivan todos juntos, se vean alegres y optimistas.

Esa madurez que hoy hace de Gary Medel un líder, que hace que Sánchez cargue con el equipo si es necesario, que Marcelo Díaz y Charles Aránguiz se maten corriendo en la mitad de la cancha, más que todos en el Mundial, que hace que Vidal se recupere en tiempo récord de una operación a la rodilla… Esa madurez que hoy nos tiene a todos pendientes y con el pensamiento en que Chile puede ganarle a Brasil, no como en el pasado, cuando pensábamos en cuantos goles nos iban a meter…

Ese cambio de actitud es el que ha hecho que tantos chilenos les creamos, pensemos que es posible, a pesar de la “señora FIFA” y los “errores arbitrales”, a pesar de la localía de Brasil, a pesar de nuestra historia, a pesar de todo…


Porque es allí donde la frase de los mineros hace más sentido que nunca: “Para un chileno nada es imposible…”.

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