
La paridad fue la novedad en el Gobierno, y consistía en tener el mismo número de hombres y mujeres. Con el paso de los meses, al parecer se le olvidó los discursos y promesas de paridad. Bueno, es de entender que fue una buena táctica a la hora de conseguir votos, que en su mayoría, se reflejaban (a nivel de encuestas) con Lavín.

Uno esperaba que se mantuviera así, pero cuando se comenzó a especular respecto de la posible salida de varios ministros, debido al proyecto de ley que impide a los funcionarios públicos hacer campaña. En esa posición están varios personeros de Gobierno, y es cosa de recordar al propio ex Presidente Ricardo lagos y su insesable campaña para posicionar a Michelle Bachelet en las encuestas y sobretodo, tras la baja de Soledad Alvear en la carrera.

Como táctica del ex vocero es fantástica. Criticas al Transantiago y la nueva formula para sacar los recursos; las críticas por parte de los empresarios y la crisis en la DC, son acontecimientos que en algún momento pueden sacar de las casillas al ministro.
Bueno, eso esta bien. Se retira porque quiere llegar al Senado. Está bien. El problema llega cuando se nombra al sucesor: Francisco Vidal.
Recordemos que Vidal realizó la misma tarea en el Gobierno de Lagos. O sea, se repite el plato. Algo que Bachelet dijo e insistió que no sucedería. “No soy demagoga” repetía una y otra vez en la campaña presidencial. No escupas al cielo…
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