06 diciembre 2007

Renuncia Lagos Weber

Plato repetido

Aún recuerdo cuando Michelle Bachelet nombró a su gabinete, lleno de personas que nadie conocía. Recuerdo las críticas, porque se estaba improvisando con gente que no tenía el “carrete” a nivel de Gobierno. Sin embargo, Bachelet dejo en claro que quería un equipo nuevo, rostros nuevos; y por si fuera poco, impuso o se auto impuso el tema de la paridad.

La paridad fue la novedad en el Gobierno, y consistía en tener el mismo número de hombres y mujeres. Con el paso de los meses, al parecer se le olvidó los discursos y promesas de paridad. Bueno, es de entender que fue una buena táctica a la hora de conseguir votos, que en su mayoría, se reflejaban (a nivel de encuestas) con Lavín.




Sin embargo, también se le olvidó el tema de “rostros nuevos”. Tras la revolución pingüina dejó como nuevo sheriff a Belisario Velasco, un conocedor de los patios de La Moneda.

Uno esperaba que se mantuviera así, pero cuando se comenzó a especular respecto de la posible salida de varios ministros, debido al proyecto de ley que impide a los funcionarios públicos hacer campaña. En esa posición están varios personeros de Gobierno, y es cosa de recordar al propio ex Presidente Ricardo lagos y su insesable campaña para posicionar a Michelle Bachelet en las encuestas y sobretodo, tras la baja de Soledad Alvear en la carrera.

Pero ahora el que se va es el hijo del ex mandatario, Lagos Weber abandona La Moneda para los aplausos. Tal como si fuera un jugador de fútbol y antes de cometer algún error que sea fatal, decide dar un paso al costado, o mejor dicho, desea dar un paso hacia Valparaíso.

Como táctica del ex vocero es fantástica. Criticas al Transantiago y la nueva formula para sacar los recursos; las críticas por parte de los empresarios y la crisis en la DC, son acontecimientos que en algún momento pueden sacar de las casillas al ministro.

Bueno, eso esta bien. Se retira porque quiere llegar al Senado. Está bien. El problema llega cuando se nombra al sucesor: Francisco Vidal.

Recordemos que Vidal realizó la misma tarea en el Gobierno de Lagos. O sea, se repite el plato. Algo que Bachelet dijo e insistió que no sucedería. “No soy demagoga” repetía una y otra vez en la campaña presidencial. No escupas al cielo…

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